La psicopráctica es un enfoque terapéutico que tiene como objetivo apoyar a las personas que sufren sufrimiento psicológico. Se basa en una comprensión global del individuo, teniendo en cuenta sus emociones, pensamientos y comportamientos.

Los psicopracticantes utilizan diferentes técnicas y métodos para ayudar a sus clientes a conocerse mejor, superar sus dificultades y encontrar soluciones adaptadas a su situación. El principal objetivo de la psicoterapia es mejorar el bienestar mental y emocional de las personas, promoviendo su realización personal y desarrollo psicológico.

Las diferencias entre un psicoterapeuta, un psicólogo y un psicopracticante residen principalmente en su formación y enfoques terapéuticos. Un psicoterapeuta es un profesional de la salud mental que ha completado una formación específica en psicoterapia. Él o ella puede ser psiquiatra, psicólogo o trabajador social y tiene licencia para practicar terapias para tratar trastornos mentales. Un psicólogo es un profesional que ha obtenido una licenciatura en psicología y puede realizar evaluaciones, pruebas psicológicas y brindar asesoramiento basado en un enfoque científico de la psicología. Algunos psicólogos también pueden estar capacitados en psicoterapia.

Un psicopracticante es un practicante que utiliza diferentes métodos terapéuticos para apoyar a las personas que sufren sufrimiento psicológico. A diferencia de los psicoterapeutas y psicólogos, no necesariamente tiene un título universitario en psicología. Los psicopracticantes suelen formarse en enfoques específicos como la terapia Gestalt, la sofrología, la arteterapia, la litoterapia, etc. A diferencia de los psicoterapeutas y psicólogos que pueden centrarse en un enfoque específico, los psicoterapeutas suelen estar formados en varios métodos terapéuticos complementarios.